En estos primeros 100 días, he podido confirmar el inmenso honor, reto y compromiso que conlleva ser el director de Corpoboyacá, la responsabilidad de atender las necesidades más apremiantes de las comunidades y salvaguardar la protección del territorio boyacense, la naturaleza, los ecosistemas, la biodiversidad y la vida.
Han sido días arduos de trabajo en los que se han identificado tres momentos trascendentales. El primero, me llena de satisfacción saber que Corpoboyacá es para la gente, porque de la mano de ellos se revisaron las principales preocupaciones sobre Playa Blanca en Tota, Las Quinchas, La Playa y Bosque seco en Soatá, junto con el personal calificado, de alto nivel técnico y humano que posee la entidad para escucharlos y plantear soluciones.
Corpoboyacá convocó a las Corporaciones Autónomas Regionales Ambientales de la cordillera oriental para decretar la crisis climática, sumándonos así al liderazgo de la alcaldesa de Bogotá, Claudia López y la regional central.
Este tiempo nos ha permitido avanzar juntos en la construcción del Plan de Acción 2020-2023, Acciones Sostenibles, Tiempo para Pactar la Paz con la Naturaleza. Un documento que nos muestra el camino a seguir, creado junto con todos los actores ambientales del departamento como alcaldes, Juntas de Acción Comunal, comunidades, indígenas, campesinos, ambientalistas, academia, empresarios y agremiaciones que, mediante herramientas como la radio, mesas provinciales presenciales y virtuales y las redes sociales, tuvieron la oportunidad de opinar y aportar en la construcción de este documento.
Atravesamos tiempos complejos, el Covid-19, nos enseña a ser creativos, a trabajar en casa, a pensar en la salud y en los demás a la hora de actuar, apreciamos la compañía de los nuestros. La cuarentena nos ha permitido ser solidarios, y lanzar la campaña “En Boyacá cultivamos solidaridad”, el 35% del salario de los directivos fue donado para apoyar a familias que requieren ayuda por la pandemia, además de apadrinar hogares campesinos.
El segundo momento, la corresponsabilidad con el ambiente ”Somos gente, somos naturaleza”. Desde el primer día que llegué a Corpoboyacá se implementaron acciones como sembrar árboles para ayudar a la restauración y entender la responsabilidad de respetar los ecosistemas.
La campaña Útiles REutiles, fue otro de los proyectos que se implementó en varios colegios de Boyacá, mientras desde la corporación remplazamos las botellas plásticas por termos y se prohibió el uso de plásticos de un solo uso en todos los eventos de la entidad y que se sostenga con otras instituciones.
Promovimos el uso de la bicicleta como un medio de transporte amigable con el ambiente para ir al trabajo.
Ante la realidad del Covid-19, se promovieron campañas en los medios de comunicación para que las personas ahorren alimentos, agua y energía, así como sensibilizar sobre la importancia de reciclar. En la Semana Santa elaboramos, de la mano de la comunidad, palmas en material reutilizable.
Y un último momento, “Escuchemos a la tierra”. Desde que inició la gestión en 2020, nos convertimos en defensores de la naturaleza y los territorios de nuestro departamento, por lo que se iniciaron proyectos como la reconversión tecnológica del cultivo de cebolla en el Lago de Tota, con el fin mejorar las prácticas agrícolas en esta cuenca.
También fue fundamental el avistamiento y monitoreo de aves, el acompañamiento, seguimiento y rescate de la osa andina encontrada en Moniquirá.
Así mismo, conocimos una nueva especie de frailejón: la Estelepia Ramosa, por lo que se promovió la propagación in vitro de Espeletia paipana y Espeletia tunjana para sembrar en el campo.
En estos 100 primeros días quiero agradecerles a todos los boyacenses por creer, el Covid-19 nos ha demostrado que el camino está lleno de retos que convocan a las instituciones, al sector productivo, la academia y la sociedad civil, para acoger el llamado de algunos países de la comunidad europea para que el proceso de reactivación de la economía global, nacional y local se haga en concordancia con la protección de los ecosistemas, con el fin de garantizar la preservación de la humanidad y de millones de especies más en el planeta tierra.
Es tiempo de pactar la paz con la naturaleza.