Cinco terneros fueron atacados salvajemente en horas de la noche por un animal sin identificar, según información de los lugareños, como a las 8 de la noche caía un fuerte aguacero y escucharon bramar un animal. Alrededor de las 11 de la noche, otra persona escucho que los perros de los alrededores se encontraban muy alterados y resolvió hacer un disparo. Así las cosas, cuando Julio Cesar Castro, dueño de los semovientes fue a darles de comer en la mañana, encontró una escena de terror.
Se dio aviso a las autoridades, incluyendo a funcionarios de Corpoboyacá, quienes se desplazaron a la zona para hacer la respectiva inspección.
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