- Las ventas de vivienda del primer bimestre se redujeron un 55% con relación al 2022
De acuerdo con las cifras del sistema de información de Coordenada Urbana y la información presentada por Ana Elvia Ochoa, Gerente Regional de Camacol, el panorama de la vivienda en Boyacá, a febrero de 2023, muestra fuertes señales de desaceleración y signos de alerta que se deben atender de manera oportuna.
Al respecto se informó que, en el primer bimestre del 2023 se vendieron 216 unidades de vivienda en Boyacá, lo que representa una caída del 55,5% con respecto a las ventas del primer bimestre del 2022 y del 58% con respecto al promedio registrado en los años 2018-2020, previos a la pandemia por COVID 19.
Del total de las ventas registradas, el 69% corresponde a la vivienda de Interés Social y el 31% a la vivienda No VIS, mostrando que, pese a la reducción en las ventas, la vivienda social es la que marca la pauta en los negocios inmobiliarios y la importancia de mantener los subsidios de vivienda para las familias de menores recursos en Boyacá.
Por ciudades, Tunja registró el 56% del mercado con 122 unidades vendidas; Sogamoso, Duitama y Paipa registraron el 14,4% de las ventas cada con 32, 31 y 31 inmuebles respectivamente.
Pese a que el indicador de iniciaciones se mantiene en buenos niveles, con incrementos del 565% y 531 unidades más respecto a 2022, no sucede lo mismo con el lanzamiento de nuevos proyectos, que se redujeron en un 69% con relación al año anterior (59 unidades en 2023 Vs 193 en 2022), generando que la oferta de unidades en febrero sea de 1.589 unidades de vivienda, 22% menos que hace un año (2.026 unidades).
En lo que se refiere al mercado de la vivienda en Boyacá, Tunja registró el 56% del mercado con 122 unidades vendidas, mientras que Sogamoso, Duitama y Paipa representaron el 14,4% de las ventas cada una, con 32, 31 y 31 inmuebles vendidos, respectivamente.
A pesar de que las iniciaciones de nuevos proyectos se mantienen en niveles favorables, por ahora, con un aumento promedio del 565% y 531 unidades más con respecto a 2022, no ocurre lo mismo con el lanzamiento de nuevos proyectos, que se redujeron en un 69% en comparación con el año anterior (59 unidades en 2023 frente a 193 en 2022), lo que ha generado una oferta de unidades de vivienda en febrero de 1.589 unidades, un 22% menos que hace un año (2.026 unidades).
La coyuntura del programa Mi Casa Ya
Según la información proporcionada por Coordenada Urbana, gran parte de la desaceleración del mercado de la vivienda se debe a las altas tasas de interés de los créditos hipotecarios y a la falta de recursos asignados para cumplir con la asignación y los desembolsos de los subsidios de Mi Casa Ya. Esto ha generado el represamiento de 40.000 unidades de vivienda de interés social terminadas a nivel nacional, que no han podido ser entregadas debido a la
falta de subsidios, lo que ha tenido consecuencias económicas negativas tanto para las familias que esperan sus viviendas como para los constructores. Sobre el tema en particular de Boyacá, hay 1.084 familias que están esperando que se desembolsen los recursos con el fin de lograr el cierre financiero y, de esa forma, acceder a su vivienda social.
La construcción de vivienda además de ofrecer soluciones a las familias es fuente de ingresos de miles de hogares que laboran en la comercialización de insumos, prestación de servicios complementarios y mano de obra para las obras. Se estima que en los cuatro principales mercados del departamento hay más de 7.800 trabajadores vinculados de forma directa en el sector y 14.000 de forma indirecta, para un total de 21.800 empleos. Una desaceleración en los lanzamientos de nuevos proyectos pone en riesgo la generación de empleos en el sector.
Desde Camacol, tanto el presidente nacional del gremio, Guillermo Herrera Castaño, como el presidente regional, Camilo Téllez Salcedo, hacen un llamado al Gobierno Nacional, a través del Ministro de Hacienda, la Ministra de Vivienda, el Director de Planeación Nacional y el Congreso de la República, a seguir haciendo un esfuerzo conjunto para asegurar la financiación de este programa y no arriesgar el ahorro de los hogares colombianos y el empleo del país y de las regiones.
Fuente CAMACOL