El cantautor boyacense Miguel Marín está cautivando al público con su música social, un género que combina la tradición de la trova con temáticas actuales y personales. Con más de 15 años dedicado a la música y cuatro años dedicándose a ella de forma exclusiva, Marín ha logrado componer alrededor de 10 canciones que ya están resonando en el corazón de muchos.

Su estilo, profundamente influenciado por grandes de la nueva trova como Mercedes Sosa, Silvio Rodríguez, Joaquín Sabina y Pablo Milanés, se caracteriza por letras conmovedoras y melodías que invitan a la reflexión. Marín busca conectar con su audiencia a través de historias que hablan de la vida, el amor, la pérdida y la esperanza.

«Mis conciertos son como una tertulia», afirma el artista. «Quiero que la gente se sienta parte de esto, que se identifique con mis canciones y que se lleve un pedazo de mi alma».

Canciones que cuentan historias

Entre sus canciones más destacadas se encuentran «Nostalgia», un homenaje a su padre; «Cita anhelada», dedicada a su hijo; y «Una bonita historia quiero contar», un tributo a todas las madres. Su más reciente lanzamiento, «El Último Abrazo y El Último Café», es un conmovedor homenaje a las víctimas de la pandemia y los desaparecidos.

Un camino de perseverancia

A pesar de los desafíos que enfrenta la música social en un mercado dominado por géneros más comerciales, Marín ha logrado construir una sólida base de seguidores. «Sabemos a qué público aspiramos», afirma el cantautor. «No buscamos la masividad, sino conectar con quienes aprecian nuestras letras y nuestra música».

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Boyacá sido su principal bastión, pero sus canciones ya están llegando a Bogotá y poco a poco se están abriendo camino en otros lugares de Latinoamérica.

Por: CarlosElbuho

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