Christian Fabián Montenegro Montañés, es un boyacense de 22 años que está conquistando el mundo del baile de la salsa caleña. Su historia, llena de giros y ritmos, nos lleva desde las canchas de fútbol, hasta los escenarios y teatros nacionales, demostrando que los sueños pueden cambiar de dirección, pero nunca se desvanecen.

Foto: Christian Fabián Montenegro Montañés presentación en plazoleta San Ignacio, Tunja.

Christian, graduado recientemente como ingeniero agropecuario, me cuenta que su pasión por el baile comenzó como una curiosidad durante los días de confinamiento por la pandemia en 2020. A través de clases en línea, descubrió el fascinante mundo de la salsa caleña con bailadores de la academia Joy dance de Cali y se sumergió en él sin reservas. Desde entonces, su vida se ha convertido en una danza constante entre el estudio y el arte del baile.

Recorriendo su camino como autodidacta

Christian encontró en el baile una terapia para enfrentar sus miedos y desafíos personales. Desde grabar videos en las calles de Tunja; hasta competir en eventos nacionales, subiendo al podio en un tercer lugar en Pereira y segundo lugar e Pitalito. Cada paso ha sido un triunfo sobre sus propios retos. Su estilo caleño, lleno de energía y pasión, ha cautivado a quienes lo ven bailar, desafiando los estereotipos boyacenses sobre el género de la salsa.

A pesar de las dificultades y los momentos de duda, Christian ha encontrado un sólido apoyo en sus padres, Isabel Montañés y Jorge Montenegro, quienes, aunque al principio desconcertados por su cambio de rumbo, ahora lo respaldan en cada giro y vuelta de su carrera. En Instagram, bajo el nombre de usuario @C.MontenegroSalsa, comparte su pasión y talento con el mundo, inspirando a otros a seguir sus sueños sin importar cuán diferentes puedan parecer.

Con la determinación de llegar al podio Mundial de la Salsa, Christian continúa su camino de aprendizaje en la capital mundial de la salsa, Cali, aprendiendo, enseñando y compartiendo su amor por el baile dondequiera que se presente. Su historia es un recordatorio poderoso de que, a veces, los caminos menos transitados son los que conducen a los destinos más increíbles.

Por: @CarlosElbuho

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